RÉPLICA A ATAQUE EN DIARIO LOCAL ARRELS

Querido Miguel Campos Garcés, siento haberte hecho sentir agredido, pero no retiro mi afirmación. No hay espacio en un pequeño artículo para entrar en datos históricos y fechas de forma concisa, pero no acepto lecciones de historia o de filosofía de una persona que realiza las afirmaciones que usted realiza. Es innegable que en la República se dieron expresiones de anticlericalismo como señala, pero no dice porqué se dan, eso se lo calla porque no le interesa. Habla de la insurrección socialista de Asturias en 1934 pero se calla la del derechista General Sanjurjo en agosto 1932, o sea, anterior en el tiempo. Esquemáticamente, la República tiene tres momentos: un primer gobierno republicano de izquierdas y modernizador (Manuel Azaña), uno de derechas conservador y que revisó casi todas las políticas progresistas del primero y que dio un giro hacia el pasado (el centrista Lerroux apoyado por la CEDA), y un tercer gobierno de izquierdas (Frente Popular con Manuel Azaña a la cabeza). Independientemente de que en los momentos en los que gobernaba la izquierda se intentaba modernizar el país y en los que gobernaba la derecha se intentaban deshacer los logros conseguidos, esos tres momentos fueron democráticos. Gracias a Largo Caballero, un ministro socialista, la jornada laboral se situó en las ocho horas, se dio el seguro por enfermedad, la seguridad social…cosas que parece que siempre han estado podemos decir que gracias al PSOE existen. Además Iglesia y Estado se separan y aumentan las libertades individuales como el matrimonio civil y el divorcio. Una vez el Frente Popular triunfa democráticamente el general Sanjurjo empieza a preparar la insurrección, según ellos, para salvar a España de las garras de los rojos, esos laicos pervertidos. El final ya se sabe. Se pasa de un periodo democrático con libertades individuales a uno dictatorial que duró cuarenta años. Pero señor Campos Garcés, Franco como generalísimo siguió asesinando a todos y a todas las que no pensaban como él. Todos los partidos políticos fueron ilegalizados, y los rojos sufrieron una fuerte represión. Hay personas que tuvieron que huir del país. Tuvo el régimen el apoyo de Hitler y de Mussolini, los cuales enviaron hombres y armas modernas. La izquierda se defendía con armas vetustas y con el único apoyo de Rusia. No voy a volver a contestar a ninguna nueva replica que me pueda hacer en las próximas semanas, pero es un hecho objetivo que la guerra se inicia con el levantamiento de Sanjurjo, Mola y Franco. En mi artículo hablaba de los logros históricos que mi partido ha conseguido para todas las personas. Dentro de muchos siglos esta legislatura será recordada como lo es la República, un antes un después. Y usted ha cogido siete líneas para atacarme a título personal. En su artículo dice que se siente en ‹‹la obligación de proteger con la verdad, el honor y la sensibilidad›› a todos los agredidos por mi frase, es decir, que usted se adueña de una verdad absoluta. Lea un poco, infórmese, consulte bibliografía actual (esa que se escribe ahora sin que la sombra del dictador y el miedo condicione al mensaje), después escriba.
A mi, lo que me hace sentirme agredido, es que haya personas que apoyen a esos que niegan el matrimonio homosexual, a esos que niegan la igualdad entre las personas, a esos que niegan el divorcio, a esos que niegan a las naciones dentro de un estado, a esos que niegan la laicidad del estado y a esos que niegan la investigación con células madre para curar enfermedades… y podría seguir, porque si por esos fuera, seguiríamos viviendo en la Edad de Piedra. Mi abuelo también dice una cosa: que hubo unos cuantos intransigentes hace unos años que le privaron de tener una infancia. Vio como apaleaban a su madre y a su padre. ¿Sabe por qué? Por pensar que todas las personas tenían dignidad.
David Sánchez Salas. Licenciado en Humanidades, doctorando en filosofía política y postgrado en igualdad entre hombres y mujeres.