Quienes predican el amor universal, la igualdad de todas las personas ante los ojos de Dios y, quienes apuestan por la familia, el otro día volvieron a demostrarnos que son las personas del haz lo que yo diga pero no lo que yo haga. Mientras predican la misedicordia condenan a quienes aman desde la más profunda sinceridad.
REUNIÓN DE INTRANSIGENTES:

Quienes intentan robarnos el concepto de familia y adueñárselo son quienes lo hace agonizar al reducirlo y hacerlo excluyente argumentando desde tesis naturalistas. Tampoco es natural llevar ropa, gafas, ponerse espuma en el pelo o tener una nevera en casa. A estas cosas se les llama cultura y es lo que parece que no tienen estas personas. Capacidad racional para entender que no se puede acotar al amor.
Tolerancia cero contra los intolerantes, contra quienes se creen que su forma de vida es superior y desde lo más alto juzgan nuestros sentimientos. Si pagamos los mismos impuestos (luz, agua, basura...) queremos los mismos derechos todas las personas LGTB (lesbianas, gays, transexuales y bisexuales), las personas que se divorcian, las que nos e casan o las que emplean el preservativo.
LA RESPUESTA DEL AMOR:

Y mi pregunta es: ¿cuántas de las mujeres que han ido a esa manifestación para salvar su imagen pública han abortado en la clandestinidad? ¿Cuántas personas habrás empleado medios anticonceptivos? ¿Cuántas estarán divorciadas? La respuesta es más demasiadas para pregonar lo que pregonan.
MUCHAS GRACIAS.