David Sánchez Salas

David Sánchez Salas
Escrito por David Sánchez Salas

lunes, 29 de abril de 2013

No habrá porras suficientes


ARTÍCULO DE OPINIÓN DE DAVID SÁNCHEZ SALAS.
España no va bien y gran parte de la culpa la tiene la casta política que ha hecho de la gestión de los recursos públicos su modo de vida. Atrincherados en un mundo de privilegios y preocupados sólo de perpetuarse en sus puestos de poder, esta casta política recorta sin piedad los derechos de la gente más vulnerable y que más ayuda necesita. La crisis es la excusa perfecta que los poderosos ponen para desarrollar su agenda política, para poner en marcha las medidas que nos conducen al mundo que ellos quieren, el mundo de la neoesclavitud, de las limosnas y del miedo. ¿Pero quién dirige los hilos de esta casta política? La oligarquía economía que no da la cara pero que financia con sobres a la casta política que, sumisa, cumple sus deseos de crear un mundo mejor para unos pocos, a costa claro está, de arrasar con las ilusiones, los sueños y los proyectos de vida de la mayoría. La economía se escapa al control democrático y en el siglo XXI ya no debe valernos votar cada 4 años y olvidarnos de los asuntos públicos. La oligarquía prefiere un gobierno del PP o del Psoe antes que uno de Compromís o de cualquier otro partido realmente progresista y de izquierdas.
Nuestra sociedad no puede soportar más paro, más recortes ni más corrupción. Recortes encaminados a la sanidad y a la educación mientras que las partidas destinadas a la iglesia católica o, a la defensa, por poner algunos ejemplos, se mantienen como si fuera más importante una bomba o una escopeta que los valores y la cultura que nos hacen libres. Aunque tal vez aquí esté el problema. La oligarquía económica ha ordenado a la casta política crear una sociedad en la que la gente no tenga la capacidad de reaccionar ante los abusos de poder, y que los más pobres desposeídos de cultura, por no podérsela pagar, callen ante la violencia que se ejerce sobre ellos.
La gente que antes deseaba que llegara el viernes ahora está temerosa de la llegada del fin de semana. La razón la podemos bautizar como los “viernes negros”, o también, “los viernes cara al sol”, que son los días en los que el gobierno de Rajoy se reúne pare decidir con absoluta falta de sensibilidad qué van a recortar para que la oligarquía económica les siga dando un golpecito en la espalda con cariño. Y aún dicen los ministros, de los dos grandes partidos, que hay brotes verdes y que se empiezan a recoger los frutos de las políticas puestas en marcha, y no se dan cuenta de que aquí lo único que cada día recogemos son más parados, más de seis millones. Y ahora que a la gente ya no le queda nada, ni casa, ni dinero, ni vida, sólo les queda que patalear y hacer ruido con la única esperanza de que cada vez más gente se sume y puedan cambiar las cosas. Porque la historia nos demuestra que cuando muchas personas sueñan a la vez algo consiguen cambiar la realidad. Ante la manipulación de la mayoría de medios de comunicación que son un NO-DO puesto al servicio del régimen, ante la criminalización de movimientos de la sociedad civil tan loables como la Plataforma de Afectados por la Hipoteca o el movimiento 15-m, ante la persecución de los que piensan, ante el linchamiento a los que hacen cantos de libertad a los oprimidos, ante la estigmatización del que no tiene nada que dar de comer a sus hijos y, sobre todo, ante la violencia que el estado hace contra su ciudadanía, a la gente no le queda más que hacer la revolución ante los ojos escandalizados de quienes apretando a un botón deciden que antes de quitarse sus privilegios nosotros no merecemos tener un techo bajo el que cobijarnos. Y lo que olvidan quienes nos gobiernan es que ahora hay alternativas políticas más amables representadas por personas como Mónica Oltra y, sobre todo, lo que olvidan, es que no tienen porras suficientes para frenar a un pueblo que brama porque quiere vivir con dignidad. Y por mucho que nos persigan, olvidan, que aún podemos alzar nuestra voz. Gracias a quienes cada día lucha pacíficamente aun cuando las porras y el miedo les hacen acabar en un calabozo mientras que los ladrones se van de vacaciones a Suiza.
David Sánchez Salas.

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